Los depósitos del sector privado en pesos aumentaron 18,2% en el último trimestre de 2018 (datos promedio), superando los $ 2.000.000 millones en diciembre. Esta cifra se ubica 6,7 puntos porcentuales (p.p.) por encima de la inflación del mismo período. El principal motivo de este aumento se explica por el alza en los depósitos a plazo fijo que se incrementaron un 23,6% en el último cuarto del año, incentivados por las subas de las tasas de interés para este tipo de colocaciones. Esto se dio en gran medida debido a que, a fines de septiembre, el BCRA resolvió que los requisitos de efectivo mínimo generados por el aumento marginal de depósitos a plazo fijo pudieran ser integrados enteramente en LELIQ. Vale señalar que dicha medida quedó sin efecto a partir de febrero de 2019 (ver integración más adelante), por lo que habrá que monitorear la evolución de estos depósitos. Por su parte, las cajas de ahorro aumentaron 15,1% en ese período por motivos estacionales (en diciembre 2018 subieron 17,7%). En sentido contrario, los depósitos en cuenta corriente aumentaron tan sólo un 9,6%, es decir, 1,9 p.p. por debajo de la inflación.
En enero de 2019, los depósitos a plazo fijo registraron un crecimiento del 9,4% mensual, acumulando cuatro meses consecutivos de subas por encima de la inflación. Vale destacar que gran parte de estos depósitos están colocados en los plazos más cortos. En efecto, el 63% de los depósitos a plazo fueron colocados por un plazo de 30 a 59 días, un 15% de los mismos fueron depositados por un lapso de entre 60 y 89 días, y otro 15% entre 90 y 179 días. Tan sólo el 7% restante fue colocado por un plazo de más de 180 días. Cabe señalar que las colocaciones se acortaron con respecto al mismo mes de 2018. A modo de ejemplo, las imposiciones con plazo de entre 30 a 59 días representaban el 59%.
A fin de incrementar el plazo de los depósitos, mediante Comunicación “A” 6616, el BCRA decidió modificar los requerimientos de integración de efectivo mínimo. En los próximos meses podremos observar los efectos de esta medida. En resumen, las tasas de efectivo mínimo a partir de 1.2.19 se serán de la siguiente manera:
Para las entidades del grupo “A”, la tasa de efectivo mínimo para depósitos a la vista totaliza el 45%, 30% a ser integrado en pesos, 5% integrable en BOTES 2020 y 10% integrables en LELIQ. Para los depósitos a plazo fijo de hasta 29 días de plazo residual, el total será de 35%, 17% en efectivo, 5% integrable con BOTES 2020 y 13% con LELIQ. Para los depósitos con plazo residual de entre 30 y 59 días los requisitos se establecen un total de 25%, 10% en efectivo, 5% en BOTES 2020 y 10% en LELIQ. Para el plazo residual de 60 a 89 días el total se reduce a 7%, 5% en efectivo, 2% en BOTES 2020 y 0% LELIQ. Los depósitos de más de 90 días de plazo residual no tendrán requisito de efectivo mínimo.
Para las entidades del Grupo “B” (o no incluidas en el párrafo anterior), se resolvió un requisito de efectivo integrable en pesos de 20% para depósitos a la vista, 14% para depósitos con plazo residual de hasta 29 días, 10% para depósitos con plazo residual de entre 30 y 59 días, 5% para depósitos con plazo residual de entre 60 y 89 días, y 0% para los plazos mayores a 90 días.
A fin de que este crecimiento en los depósitos se vea reflejado en el nivel de préstamos, es condición necesaria que las principales variables económicas se estabilicen. Es decir, el tipo de estable, inflación desacelerándose y generando espacio para que las tasas de interés sigan bajando. A su vez, para incrementar la capacidad prestable (depósitos menos encajes) las tasas de efectivo mínimo deberían volver a los niveles anteriores a la crisis. A modo de ejemplo, a comienzos de 2018 las tasas de efectivo mínimo para depósitos a la vista se ubicaban en 20% y las colocaciones a plazo residual menores a 30 días en 14%. El sistema financiero está preparado para seguir siendo un motor fundamental de la economía, si se dan las condiciones financieras y macroeconómicas adecuadas.